Lo complicado está conmigo, vive conmigo , se agazapa entre gestos, entre basilaciones, quiere esconderse de los análisis magnéticos de los psicólogos. Hay un gran punto también, un gran bache que busca un foco y un abrazo. Una cadena infinita de posibilidades , la cual necesito unir para rehacerme, para rehacerlo desde el principio, para encontrarme.
Porque a veces, sólo a veces y de repente es como si pudiera ver mi yo pero en tamaño pequeño dentro de mi alma. Diminutamente mi yo se mueve, me grita, me escupe y habla, se enoja a veces, me hace pucheros y quiere rasjuñar las paredes. Yo no sé que decirle, no sé que contestarle; Qué le contesto?. Ojalá el polvo de la calle o quizás los saumerios pudieran traerme la respuesta. Y hay un aditamento que desearía asentar acá: ya no tengo ganas de morir.