Cae el sol mortifero sobre las vias del ferrocarril roca, esas vias añejas por donde ciruculó tantas veces mi cuerpo a bordo de un tren repleto de personas, pero con escasos sueños encastrados en cada una de sus ruedas, recuerdo con amplitud cada especial momento, los viajes astrales hasta Ezeiza, las sonrisas esperando la llegada a constitución para seguir rumbo a la casa de las estrellas, ese lugar qe visité, algunos meses después, y en el qe pude destituir esas viejas caricias de aquel raro sillón.
Un gran tanque de agua, característico del lugar, derecho, la remiseria “la estación”, donde me acompañaste, y al levantarme deje en el suelo sin querer, mi segunda y ultima oportunidad.
A veces camino y creo no reconocer rostros, a pesar de lo chico del lugar, y la enorme sociabilidad entre sus personas, hace tiempo que no camino por acá, todo ha cambiado mucho desde el comienzo de mi infierno, me alejé instintivamente del sol. A cada paso siento como los recuerdos se abalanzan velozmente sobre mi cuerpo , recuerdo cada palabra, cada reencuentro y cada adiós, el momento en el que empezó todo, el momento en que terminó, puedo sentir el aire humeante y recordar sensiblemente mis espasmos de dolor. La plaza, allí donde nadie comprende y escapa, alli donde todo se pierde y vuelve al despertar, el tunel, la gente, las corridas, la velocidad espantosa de la rutina, y el verde esperantil del pasto. Las suaves manos que se apoyan en los caños de las bajadas, los ojos escarpados de la gente con malas ideas, aún reconozco el agrio sabor de la maldad y avecino en milesimas de segundo aquellos actos torpes que los unde en lo negro de la maleza. Observo y suspiro con aires de resignación, pero con enormes ganas de querer colaborar, aunque tal vez no deba. Tal vez deberia dejar de acuciar almas con paz. Tal vez sin el odio, no existiria la bondad. Sin los golpes, no habria ni un ápice de razonamiento, no, nisiquiera errante y mediocre, pero pensante al fin.
Monte Grande se ve triste y espeluznantemente panóramico , desde la vista crugente de mi conciencia, se torna peligroso cuando es friamente acunado por la noche, y las puertas de las casas se cierran con miedo de que el maltrato y la marginalidad se colen de un soplo en su ventana. Soy víctima de un paisaje entrañable, intensivo, un tanto inofensivo si se lo observa desde algunos escalones mas arriba.
La esperanza solo evoca con diligencia cuando escribo senilmente, sobre mi teclado gris. Pero se esfuma casi con una destreza impertinente, cuando la neblina empaña las ventanas pequeñas de mi habitación y se susurra a lo lejos una nueva muerte en un alejado callejón de la ciudad,,
Siento el frío trepar por cada poro de mis piernas y los dedos me tiemblan camuflados en mis manos de color amarillento y llena de lunares; Se mueven enmudecidos intentando frenarse en algún punto del espacio. Se mueven dirigidos por mi mente abobada por momentos, y lucida por muy escasos minutos. Es inevitable no reaccionar ante la camarada de piernas moviles e ingenuas, que solo caminan por no sentir dolor en sus musculos podridos invadidos por el tiempo.. mato el dolor dejando mi alma vacía, y le canto al unísono alguna melodia pegadisa, mientras observo el último amanecer.
¿Cuando dejara de soñar aquel viejo y taxativo señor de ojos café,, ? dile qe es creador de su propia humanidad qe sufre sin rastro alguno de tibieza,, qe tan solo podria sanarse si tan solo despertaraa…....eternamente y para siempre.
2 comentarios:
x qe tenes esas imagenes de minas ? me asusta creo que te volviste algo rarita :P nose x qe entre a tu blog pero yo actualice el mio y me gustaria seguirnos (?
un beso contrincante! ajaja se hacia la intelectual y no tenia ni un pelo :P
me olvide de decir qe era yo:P
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