Tengo el craneo inchado de tanto pensar,
llevo el arma a mi cabeza y gatillo sin pensar.
Se hace doloroso el camino hasta tu cama
caminando sobre hielo seco,lastimando mis talones
hasta qe al llegar no hay más qe mesetas dormidas y aguas estancadas en aljibes de colores;
rasjuños en el piso de madera donde tan fogosamente caia la ropa
y desbordaba de fuego, de aire, de agua.
Hoy no qeda mas qe apostar el ancho de espada a un terciopelado encuentro
donde entre fuegos artificiales y cometas perdidas en el viento
aparezcan tan sigilosos, tus zapatos avanzando sobre nieve helada,
convirtiendo todo en absoluta primavera.